CONTACTO

EL SITIO PARROQUIAL SE ENCUENTRA EN UN PERÍODO DE MANTENIMIENTO, AGRADECEMOS SU COMPRENSIÓN.

Área de Comunicaciones


10 de noviembre de 2017.

¡Lee el Evangelio! Domingo 03 de Noviembre 2013

¡Lee el Evangelio! es una sección de nuestro Sitio que contiene el Evangelio del Domingo que viviremos o estamos viviendo y el comentario de nuestro Párroco, que nos muestra una mirada sencilla y clara de lo que dice el texto y a que nos invita el Señor con este mensaje. Si tú crees ¡Lee el Evangelio!

DOMINGO 31° TIEMPO DE LA IGLESIA (03 de Noviembre 2013)


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Lucas (Lc. 19, 1-10)

Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos. Él quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. Entonces se adelantó y subió a un sicómoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí. Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa». Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Se ha ido a alojar en casa de un pecador». Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: «Señor, yo doy la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le doy cuatro veces más». Y Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido»

Palabra del Señor.


Comentario:


La gente impedía a Zaqueo la vista de Jesús. Opiniones, ocupaciones, prejuicios, nos dificultan este acto elemental de culto y encuentro con DIOS. Hay que decidirse a buscar tiempo y sitio con perspectivas para verle sin miedo al ridículo. Quizá de manera inconsciente da Zaqueo un ejemplo imitable. Este hombre impopular de profesión es un hombre simpático por su gesto; tiene algo pero le falta mucho, por eso puede cualquiera verse reflejado en él.

Jesús no excluye a nadie de su amor. Sus preferencias son para los más necesitados. Zaqueo es uno de ellos y al llenar su corazón del amor e ideales de Jesús experimenta que todo cuanto tiene le sobra porque ha encontrado el único que basta.


P. Manuel Troncoso Díaz
Párroco de Nuestra Señora del Rosario, El Tabo

¡Lee el Evangelio! Domingo 27 de Octubre

¡Lee el Evangelio! es una sección de nuestro Sitio que contiene el Evangelio del Domingo que viviremos o estamos viviendo y el comentario de nuestro Párroco, que nos muestra una mirada sencilla y clara de lo que dice el texto y a que nos invita el Señor con este mensaje. Si tú crees ¡Lee el Evangelio!


DOMINGO 30° TIEMPO DE LA IGLESIA (27 de Octubre de 2013)


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Lucas (Lc. 18, 9-14)

Refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, Jesús dijo esta parábola: Dos hombres subieron al Templo para orar; uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, de pie, oraba así: «Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas». En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: «¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!» Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado.

Palabra del Señor.


Comentario:


Lamentablemente, somos dados a encasillar a las personas entre buenas y malas, guiándonos por su comportamiento externo. Así sucedía también en el tiempo de Jesús. El fariseo representaba al grupo de los buenos, piadosos y fieles a la ley y las tradiciones religiosas. Era oficialmente un justo. El publicano, en cambio, representaba al grupo de la gente sospechosa y de los malos. Era un pecador. Los dos aparecen rezando al mismo DIOS. Pero, ¡Qué distinta la oración de uno y otro!


Tras la oración de cada uno se adivina una actitud muy distinta en su relación con DIOS. Está en juego algo trascendental: la naturaleza misma de la salvación cristiana y , en último término, la naturaleza de DIOS.

En la oración del fariseo, el sujeto principal y último es su propio "yo". En la del publicano, en cambio, el sujeto principal es DIOS, en cuya compasión confía el pecador. Frente a estas dos actitudes de orar, se plantea así el grave problema de la justificación cristiana. Somos salvados por pura gracia, es un regalo de DIOS la salvación.


P. Manuel Troncoso Díaz
Párroco de Nuestra Señora del Rosario, El Tabo

¡Lee el Evangelio!: Domingo 20 de Octubre

DOMINGO 29° TIEMPO DE LA IGLESIA (20 de Octubre de 2013)


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Lucas (Lc. 18, 1-8)

Jesús enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse: «En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: “Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario”. Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: “Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme”». Y el Señor dijo: «Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a Él día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?»

Palabra del Señor.


Comentario:


La oración nos une con DIOS y con los hermanos, pero la oración debe ser hecha con perseverancia y fe. Por esto es que Jesús pone ese ejemplo: "Si alguien en la tierra hace justicia por fastidio, cuánto más hará justicia el Padre por amor a sus hijos", pero no siempre los tiempos de DIOS son los nuestros. DIOS nos dará lo que necesitamos y le pedimos, pero lo hará en el momento oportuno y conveniente.



P. Manuel Troncoso Díaz
Párroco de Nuestra Señora del Rosario, El Tabo

¡Lee el Evangelio! Domingo 13 de Octubre de 2013

DOMINGO 28° TIEMPO DE LA IGLESIA (13 de Octubre de 2013)


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Lucas (Lc. 17, 11-19)

Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea. Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia y empezaron a gritarle: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!» Al verlos, Jesús les dijo: «Vayan a presentarse a los sacerdotes». Y en el camino quedaron purificados. Uno de ellos, al comprobar que estaba sanado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano. Jesús le dijo entonces: «¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?» Y agregó: «Levántate y vete, tu fe te ha salvado».

Palabra del Señor.


Comentario:

El hecho de un grupo de leprosos que buscan a Jesús y salen a su encuentro es todo un símbolo que nos aproxima al talante de Jesús y a las expectativas que suscitó. Pero el texto de este domingo no es un simple relato de curación ni siquiera de simple contraste entre gratitud e ingratitud. Encierra un mensaje más profundo. Toda su fuerza narrativa y significativa gira en torno a dos dichos de Jesús. En el primero dice a los leprosos: " Id a presentaros a los sacerdotes ". Jesús se muestra aquí respetuoso con la antigua ley que, cuando un leproso se curaba, mandaba que se presentara a los sacerdotes. Estos tenían que certificar su curación y permitir así su reinserción social ( Lv. 14, 1-33 ). El segundo dicho es el que cierra el relato y abre un horizonte nuevo: "Tu fe te ha salvado ".

"Conviértete"
Estos dos dichos de Jesús muestran el contraste entre dos mundos y dos economías: el de la ley y el de la fe. De los diez leprosos, nueve se limitan a cumplir la ley, permaneciendo en el viejo y caduco sistema de vida anterior. Han sido curados y se han reintegrado en la sociedad; pero su corazón no ha cambiado. Solo UNO de ellos, un samaritano, un extranjero, interrumpe el viejo camino hacia el templo, se convierte y vuelve a DIOS glorificándolo. Incluso descubre y reconoce el misterio de la persona de Jesús, y por eso se postra a sus pies dándole las gracias.



P. Manuel Troncoso Díaz
Párroco de Nuestra Señora del Rosario, El Tabo

¡Lee el Evangelio! Domingo 06 de Octubre

¡Lee el Evangelio! es una sección de nuestro Sitio que contiene el Evangelio del Domingo que viviremos o estamos viviendo y el comentario de nuestro Párroco, que nos muestra una mirada sencilla y clara de lo que dice el texto y a que nos invita el Señor con este mensaje. Si tú crees ¡Lee el Evangelio!


DOMINGO 27° TIEMPO DE LA IGLESIA (06 de Octubre 2013)


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Lucas (Lc. 17, 5-10)

Los Apóstoles dijeron al Señor: «Auméntanos la fe». Él respondió: «Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, ella les obedecería. Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando éste regresa del campo, ¿acaso le dirá: “Ven pronto y siéntate a la mesa”? ¿No le dirá más bien: “Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después”? ¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó? Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: “Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”».

Palabra del Señor.


Comentario:

La fe mueve montañas, dice el dicho, y Jesús lo sabía. Nuestra fe viene de DIOS pero debemos creer, o mejor dicho cultivarla y alimentarla todos los días. Es fácil y difícil. Fácil porque si nos abandonamos y ponemos nuestra confianza en DIOS  veremos cómo las cosas van ocurriendo de acuerdo a un plan o proyecto; difícil porque las cosas no suceden justamente en el tiempo y momento preciso en que nosotros queremos. Toda recompensa que nos dé el Padre es gratuita e inmerecida.



P. Manuel Troncoso Díaz
Párroco de Nuestra Señora del Rosario, El Tabo