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Área de Comunicaciones


10 de noviembre de 2017.

¡No al aborto!

¿Tú sabes por qué nos oponemos al aborto? Queremos que tú sepas por qué nosotros como Iglesia nos oponemos al aborto. Hemos preparado una serie de preguntas y respuestas para que te informes, no te dejes engañar y defiendas el derecho que tiene todo ser humano: la vida.

¿Qué significa despenalizar el aborto?

Actualmente, la Constitución Política de la República señala que la "ley protege la vida del que esta por nacer". Alguno que otro experto en derecho podrá señalar que ese precepto es ambiguo y que se refiere al feto que está a punto de separarse de la madre. Nosotros creemos que este precepto va más allá, porque la vida comienza luego el acto co-creador del padre y la madre, la fecundación es la constitución física de un ser humano, que nace de ese acto co-creador. En este sentido, creemos que este precepto constitucional consagra el respeto y la protección de la vida desde ese momento, sin excepción alguna.

El Código Sanitario es preciso en esta materia “no podrá ejecutarse ninguna acción cuyo fin sea provocar un aborto”. La intención de despenalizar el aborto en las circunstancias que fueron anunciadas, es querer introducir una excepción a la norma. Muchos y muchas, creen que las excepciones planteadas - sin conocer el sentido práctico real de ellas- apoyan esta iniciativa. Si tú eres uno de ellos, te invitamos a cuestionarte, ver realidad de este proyecto y a opinar con claridad sobre la visión que tenemos los cristianos.

¿Qué es la inviabilidad del feto?¿Cómo se determina la viabilidad de una vida?

La llamada inviabilidad del feto es una de las circunstancias para legalizar la práctica abortiva, que en términos simples significa que cuando un niño tenga poca esperanza de vida, tenga enfermedades graves, deformaciones o discapacidades, su vida es transforma en inviable.

El embrión o feto es un ser humano en razón de su naturaleza y no sólo de sus capacidades o cualidades, perteneciendo a la especia humana. Creemos que es un niño que está por nacer, porque al dar a luz esa será su condición. En este sentido, que las cualidades o capacidades del niño sean distintas y que exista dependencia del niño de su madre, no lo hace diferente, es un ser humano. Que se encuentre en el vientre de la madre no le quita su dignidad humana, no lo hace más o menos para considerar su vida inviable. No existen seres humanos de primera o segunda clase, no se pueden derrotar las desigualdades si se instala una discriminación sistemática entre quien merece vivir o no, por el contrario, se profundizan.

¿Cómo se determina que una vida es más importante que otra?

La segunda excepción por la cual se quiere despenalizar el aborto, es cuando se pone el riesgo la vida de la madre. Esto quiere decir que cuando el niño por el hecho de nacer o encontrarse dentro del vientre materno, en razón de alguna enfermedad que posea la madre o la posibilidad de que la mujer muera por el embarazo.

El problema que se enfrenta en esta situación es complejo y aún más entenderlo con la consigna que han instalado las personas que apoyan el aborto. Antes que todo hay que tener presente, nosotros defendemos el derecho a la vida de toda persona, tanto de la madre y del niño. Muchos y muchas han querido atacar nuestra posición señalando que dejamos de lado el derecho a la la vida de la madre, sin embargo, creemos que el problema es que cómo es posible determinar que una vida sea más importante que otra. Sí, ambos tienen derecho a vivir, es por eso que es el Estado que debe asegurar las condiciones - por su vocación inicial y fundamental que estar al servicio de la persona humana - para que la vida de la madre y el niño sean resguardadas, para esto debe implementar la tecnología suficiente para tratar a los niños prematuros, contar con una red de apoyo integral para la madre, entre otros. Se debe asegurar que ambos puedan vivir y contar con todos los medios posibles para alcanzar este noble objetivo. El Estado debe servir al ser humano y no ser cómplice pasivo de una muerte mediante su legislación.

¿Cómo se justifica acabar con una vida por ser producto de una violación?

La violación se define como una relación sexual forzada, involucrando el uso de la fuerza, la amenaza o abusar de quien es incapaz de resistirse. La violación es un acto repudiable porque somete, tortura y mata la bondad de la víctima, la condena un sufrimiento físico y espiritual irreparable. Hay circunstancias que producto de la violación la mujer pueda resultar embarazada, quienes promueven el aborto justifican terminar con la vida de ese niño, pues supone una carga y un trauma para toda la vida que ese niño nazca.

La vida de cualquier niño que esta por nacer, merece ser amparada y protegida, independiente de sus capacidades, dependencia u origen, puesto que su condición humana proviene de su propia naturaleza. Un niño que nace de una violación, no es diferente a otros. El sufrimiento que supone una violación es tremendo, es un acto de muerte, sin embargo, no es justificable matar al niño que nació de esa violación, acabar con su vida implica continuar y sellar una cadena de muerte, el aborto tiene el mismo valor negativo que la violación en sí. Si el violador es un delincuente por destruir la vida de su victima, quien mata a un niño por su condición u origen, por ser consecuencia de una violación, comete el mismo delito, porque destruye y acaba con la vida de un ser inocente, al igual que la victima de la violación. Tanto la madre y el niño son las víctimas, por eso el Estado debe asegurar que el violador pague por su delito con todo el rigor de la ley y no amparar que el niño sea asesinado, debe acompañar integralmente a la mujer violada y en el caso que desee darlo en adopción, garantizar el buen pasar del niño hasta ser recibido en otra familia.

¿Por qué defendemos la vida ante toda circunstancia?

La vida es un don, es decir, un regalo. El ser humano nace del acto creador de Dios y del acto co-creador del hombre y la mujer, que en su esencia y fundamento es acto de amor y de entrega. El acto co-creador tiene como fin el producir una nueva vida, por tanto, el nuevo ser humano - distinto a la madre- es un regalo. Sí el niño depende de la madre para sobrevivir, no obstante, esa situación no lo hace diferente, porque el ser humano es dependiente toda su vida, necesita comer y un ambiente adecuado para vivir, requiere de afecto y amor. La dependencia no es necesariamente subordinación, sino que también implica protección, complementación y servicio.

Algunos argumentan que es  la libertad de la mujer decidir sobre su cuerpo, pero el niño es una nueva vida, con un código genético, una constitución física y un alma distinta a la materna. Nadie puede decidir acabar con la vida de otro ser humano. La Iglesia como lo hiciera en el pasado al defender los derechos humanos, defiende en este momento de la historia el derecho a la vida del niño que esta por nacer.

Defendemos la vida ante toda circunstancia, porque entendemos que es un don y un derecho. El aborto etimológicamente significa "privación del nacimiento". Si defendemos la vida, no podemos aprobar el aborto.

¿Por qué ahora parece legitimo promover el aborto?

El aborto es una respuesta a una cultura del consumo y lo desechable. Lamentablemente, el modelo económico ha pasado de ser un medio para mejorar la calidad de vida y mejorar la capacidad de producir bienes y servicio, a ser un fin. Esto toma vital importancia, pues cuando ocurre esto las personas se ponen al servicio del modelo y éste se transforma en un supuesto al cual se "acomodan" los principios, valores, derechos y la propia fe. El aborto es una demostración clara de esta situación. La vida que tiene un valor supremo, cae en la lógica de ser medido en función de un valor monetario o como una cosa, es decir, si esa vida nos sirve la preservamos y si esa vida no nos sirve la desechamos, prácticamente calculando el costo de oportunidad y la ventaja comparativa de mantener una vida. Por eso hoy, parece legítimo promover el aborto.

Nuestra respuesta es clara: la vida es un valor y un derecho el cual debe ser defendido y custodiado desde la concepción hasta la muerte natural.  Ningún criterio cualquiera sea su índole puede poner en duda esta verdad, no espacio para excepciones.

¿Estar contra el aborto es ser dogmático y conservador?


Es curioso que la Iglesia sea reconocida y aplaudida por defender los derechos humanos en el pasado y en la actualidad sea críticada y estigmatizada por defender esos mismos derechos.


Como hemos demostrado, tenemos argumentos e ideas, no sólo hablamos desde la verdad, sino que también nos expresamos en razón de nuestra visión y apreciación de la realidad. Tenemos el derecho de exponer con claridad nuestra posición, que defenderemos en todo momento de la historia.

Sí creemos en la tradición y en la conservación de los aspectos positivos de este tiempo de la historia, esto no nos hace distintos o menos para entrar en la discusión, creemos en la vida y podemos estar alegres en defenderla.

Algunos con el objeto de ser "popular" y estar al lado de la "mayoría" han renunciado a sus valores y principios, entendiéndola como una supuesta "lectura de los signos de los tiempos" y ser parte una iglesia "más progresista y abierta". Sin embargo, lo que a muchos nos mueve es esa Iglesia que se atreve a hablar y nadar contracorriente, que no tiene temor a defender causas que otros consideran perdidas o que son impopulares, que en muchos momentos de la historia se atrevió a llevar sobre sí el mensaje de verdad y de vida que ha cuestionado a todo poder y persona, esa Iglesia realmente profética y abierta a dar la vida por la causa de Jesucristo, a esa Iglesia que es realmente progresista en un tiempo que muy pocos demuestran su amor y fidelidad a Jesucristo, que son capaces de dar su vida por su fe y valores.


Si quieres seguir informándote, revisa las direcciones que te dejamos más abajo:

La vida y la familia: regalos de Dios para cada uno de nosotros - por los Obispos de Chile
El aborto: "Una discusión madura, informada y propositiva" por Mons. Juan Ignacio González, Obispo de San Bernardo, Chile.
"Clamor por la Vida de los Inocentes" por los Obispos de Chile.
"Carta acerca de los Valores Fundamentales sobre la Vida, el Matrimonio y la Familia" de las Iglesias Cristianas de Chile
"CARTA ENCÍCLICA EVANGELIUM VITAE", por San Juan Pablo II


Actualizado el 01 de octubre de 2016.